Ecuador es el tercer país de la región andina con los índices de embarazo adolescentes más altos, según reportes del Ministerio de Salud Pública (2017), lo que motiva a buscar alternativas que contrarresten esta problemática social en la que concurren factores emocionales, sociales, económicos y familiares.
Según las docentes Yadira Gavilanes y Ruth Maldonado, profesoras de la carrera de Medicina de la Universidad Técnica Particular de Loja, “es notorio que en el país no existe un programa eficaz para disminuir la tasa de embarazos en adolescentes, lo que motiva a la revisión de los posibles factores que inciden en esta situación, que no solo se genera por desconocimiento, sino también radica en medios familiares, sociales y económicos”.
Las profesoras Gavilanes y Maldonado dirigen un proyecto de investigación sobre los Factores Predisponentes que influyen en el Embarazo en Adolescentes Escolarizados en la Ciudad de Loja en el que, con apoyo de cinco universitarios de Medicina, trabajan sobre una muestra de 640 estudiantes con edades entre 11 y 19 años que respondieron a una encuesta dirigida a buscar los factores de riesgo y a los que se aplicaron instrumentos frente a la depresión, ansiedad, autoestima y funcionalidad familiar, que son la otra cara de la moneda de donde se desprenden también estos factores de riesgo.
“La predisposición de las estudiantes”, señalan, “permite identificar que hay una propuesta de intervención, así como el respaldo de las autoridades educativas, padres de familia y sus propios compañeros, a quienes se pretende incluir en una segunda intervención aunque se trata de temas delicados”. “Hablar de embarazo puede generar tabúes, pero las adolescentes intervenidas presentaron mucha predisposición, incluso al brindar información relacionada a su período, conocimientos sobre sexualidad, métodos anticonceptivos, su relación familiar, si existe violencia en su entorno, entre otros”.
El estudio está en fase de exploración de datos, pero los primeros resultados ya evidencian que en cada tema analizado existe un factor predominante. “Por ejemplo –explican Gavilanes y Maldonado–, en el grupo de factores biológicos existe una gran muestra que muchas jóvenes son hijas de madres adolescentes, en otro de los parámetros como es el de educación sexual, todavía existe desconocimiento sobre los métodos anticonceptivos y están aún muy arraigados a mitos sobre la sexualidad, en cuanto a lo que es la planificación futura, vemos, que si bien tienen un plan a corto plazo, no lo tienen a largo plazo”. La investigación también ha servido para identificar posibles casos de violencia intrafamiliar y, en calificación de las adolescentes, ‘mala relación’ con los padres.
El siguiente paso del proyecto es consolidar la información y generar acciones de prevención a través de la socialización, con las participantes mediante talleres educativos en los que involucren estudiantes, docentes y padres de familia.