El caso Ahorita, innovación financiera con sello lojano

La aplicación Ahorita del Banco de Loja se posiciona como un producto financiero digital innovador con rostro social, siendo un ejemplo de cómo la tecnología no debe ser necesariamente disruptiva para ser transformadora. Al contrario, se adapta a las realidades culturales, económicas y sociales del territorio, su impacto puede ser más profundo y duradero.

La transformación digital reconfigura a las industrias a un ritmo vertiginoso, y en este reto se integra la región sur de Ecuador, específicamente la ciudad de Loja, que en el año 2022 se sometió a una medición digital. Los indicadores demostraron que ha evolucionado muchísimo y que tiene un nivel de cuatro sobre cinco en la escala mundial, como lo indicó la ministra de Telecomunicaciones de ese entonces, Vianna Maino.

En este contexto, el Banco de Loja trabajó en la implementación de la aplicación “Ahorita”, una innovación bancaria para pagos digitales, diseñada para fomentar la inclusión financiera y la modernización del comercio local. Esta iniciativa no solo ha modificado los hábitos financieros de miles de ciudadanos, sino que también plantea un modelo replicable para otras regiones con características similares.

Este producto nace por el interés del Banco de Loja (entidad financiera con sede en Loja y cobertura regional) de sistematizar la evolución de su innovadora aplicación [CC1] tras haber sido galardonado con el premio Oro de los Fintech Américas en la categoría “Billetera y Medios de Pago”.

Motivados por esta experiencia y su potencial formativo, un equipo de profesores de la UTPL decidió documentar el caso siguiendo la metodología de Harvard Business Education, considerada una de las universidades más prestigiosas para la enseñanza empresarial en el mundo.

Así, Miguel Ángel Peñarreta, Reinaldo Armas y Paulo Carrión, profesores investigadores de las carreras de Finanzas y Economía de la UTPL, asumieron la tarea de transformar una experiencia empresarial en un estudio de caso que permita contar con un recurso didáctico de alta calidad. “Queríamos que nuestros estudiantes vivieran la experiencia como si fueran protagonistas de esta historia de transformación”, señalaron los autores del caso.

Hoy Loja es un caso de éxito: una región con conectividad limitada logró reducir drásticamente el uso del efectivo en tan solo seis meses.

Miguel Ángel Peñarreta, docente del Departamento de Ciencias Empresariales de la UTPL

Para el proceso de construcción del caso se utilizaron datos estadísticos públicos y privados gracias a un acuerdo de confidencialidad con el Banco de Loja. Peñarreta detalla que, por otra parte, se realizaron entrevistas, focus groups y talleres con los equipos internos del banco. Esta sinergia permitió que los investigadores comprendan la creación y evolución de la aplicación “Ahorita” y queexploren los factores que facilitaron su adopción en una región marcada por ciertas características culturales, demográficas y tecnológicas que limitan la penetración de este tipo de tecnologías, especialmente en las zonas rurales.

Entre agosto de 2023 y junio de 2024, el uso de la App Ahorita se disparó en dos cadenas lojanas. En Zerimar, las transacciones mensuales crecieron de 40 a 7.010, y el monto procesado pasó de $580,82 a $123.693,15 dólares. En Farmacias Cuxibamba, el salto fue aún mayor: de 23 a 8.018 transacciones mensuales, pasó de un volumen de $228,57 a $120.829,12 dólares. Este crecimiento refleja la rápida adopción de pagos digitales y el avance de la inclusión financiera en la región.

Para la construcción del documento final, tras recibir retroalimentación de expertos en metodología de casos, adaptaron el texto para hacerlo más narrativo, dinámico y alineado con los estándares de Harvard, enfocándose en situar al lector o al estudiante dentro de los dilemas y decisiones vividas durante el proceso de innovación.

El sur de Ecuador presenta un ecosistema financiero único. A diferencia de otras regiones más desarrolladas, como Quito o Guayaquil, donde la competencia bancaria es intensa, Loja y sus alrededores están dominados por pocos bancos locales y una vasta red de cooperativas de ahorro y crédito. Además, la infraestructura tecnológica, especialmente la cobertura de Internet, es relativamente deficiente en algunos sectores.

Estos factores, que a priori podrían parecer obstáculos, fueron aprovechados inteligentemente en el caso del App Ahorita. La aplicación no solo debía ser funcional, sino también confiable, sencilla y capaz de operar en condiciones de conectividad inestable. Uno de los desafíos más grandes era romper la desconfianza histórica hacia los pagos digitales. Fracasos anteriores de plataformas similares dejaron cicatrices en la percepción pública y muchas personas temían que los pagos no fueran registrados correctamente, que se perdieran transferencias o que se produjeran fraudes.

El éxito de la App Ahorita se explica en gran medida por su diseño centrado en la confianza. Cada transacción realizada mediante la aplicación genera de forma inmediata una confirmación tanto vía SMS como por correo electrónico, garantizando al usuario la certeza del proceso. Esta inmediatez en la verificación de las operaciones fue fundamental para consolidar la adopción masiva entre usuarios y pequeños comerciantes.

Adicionalmente, el Banco de Loja desplegó una estrategia de comunicación efectiva, apoyada en su sólida presencia de marca en la región. Esto permitió superar una de las principales barreras, como la resistencia al cambio en comunidades donde la tradición tiene un arraigo muy importante.

Otro elemento decisivo en el éxito de “Ahorita” fue la conexión emocional con la identidad cultural local. El nombre de la aplicación no es casual: “Ahorita” evoca inmediatez, cercanía y familiaridad, valores profundamente arraigados en el habla y la cultura popular lojana.

El símbolo asociado a la aplicación es una chancleta, emblema humorístico de la crianza tradicional, lo cual reforzó esta conexión cultural. Esta estrategia de branding permitió que el producto no fuera percibido como una imposición tecnológica extranjera, sino como una herramienta propia, cercana y amigable.

Por otro lado, el lanzamiento de “Ahorita” no fue improvisado. Aprovechando eventos de alta concurrencia como la Feria de Loja que se efectúa cada septiembre, el Banco de Loja realizó demostraciones públicas, concursos y actividades promocionales que incentivaban el uso de la aplicación.

Además, se establecieron alianzas estratégicas con cadenas comerciales locales, como Zerimar y Farmacias Cuxibamba, para garantizar que estos negocios reconocidos en Loja aceptaran un nuevo método de pago. Esta estrategia de efecto red, en la que mientras más personas y comercios adoptan el sistema más valioso se vuelve para todos, al final resultó ser un acierto.

En apenas seis meses, la aplicación logró reducir significativamente el uso de dinero en efectivo en varias zonas de la región, facilitando transacciones más seguras y rápidas.

Para los pequeños comerciantes, “Ahorita” representó un cambio radical. Aquellos que tradicionalmente manejaban efectivo comenzaron a beneficiarse de reportes de ventas digitales, acceso a microcréditos y una mejor planificación financiera basada en datos reales.

Uno de los hallazgos más interesantes del estudio de caso es cómo “Ahorita” facilitó la entrada al sistema financiero formal de cientos de pequeños negocios que antes operaban al margen del mismo. Esto tiene implicaciones profundas para la inclusión financiera y el desarrollo económico de la región.

Además, se observó que la adopción de “Ahorita” fue particularmente rápida entre los jóvenes, quienes encontraron en la aplicación una forma práctica y moderna de manejar sus finanzas personales.

Miguel Ángel Peñarreta indicó que con “Ahorita” la digitalización de las transacciones, al tiempo que beneficia a los usuarios, también ofrece al Banco de Loja una oportunidad para diseñar nuevos servicios que mejoren la experiencia de sus clientes con la plataforma de pagos digitales.

El equipo de investigación plantea que en una próxima fase se puede medir de forma precisa el impacto de la aplicación en la región. Para ello, se plantean estas preguntas: ¿cuántas personas han sido bancarizadas gracias a la aplicación? ¿Cómo ha cambiado el consumo en la región? ¿Qué nuevas oportunidades de negocio han surgido? ¿Cómo se transformó el ecosistema financiero de la región?

Aunque el impacto del “Ahorita” es innegable, el equipo reconoce que aún existen retos importantes. Por un lado, expandir la cobertura a zonas rurales más alejadas, donde la conectividad es todavía deficiente. Por otro lado, asegurar que los usuarios como adultos mayores, menos familiarizados con la tecnología, también se beneficien de la plataforma.

Asimismo, es fundamental seguir fortaleciendo los mecanismos de seguridad digital para proteger a los usuarios frente a potenciales amenazas cibernéticas, especialmente ahora que el uso de las aplicaciones de pagos móviles se ha intensificado.

Peñarreta concluye que este caso demuestra la importancia del trabajo colaborativo entre el sector privado y la academia para generar conocimiento aplicado para la enseñanza y para contribuir al desarrollo regional.

Doctora en Comunicación e Información Contemporánea. Máster en Comunicación e Industrias Creativas por la Universidad de Santiago de Compostela. Licenciada en Comunicación por la UTPL. Docente Titular anexa al Departamento de Ciencias de la Comunicación Universidad Técnica Particular de Loja, Grupo de investigación de Comunicación audiovisual GICA. Líneas de investigación comunicación audiovisual, comunicación digital, periodismo. Profesora de pregrado y postgrado. Miembro de la Red de Narrativas Audiovisuales, Red Xescom, Red RICE. Miembro del Observatorio Interuniversitario de medios del Ecuador OIME, Investigadora del ObservacomUtpl, Periodista de Cultura Cientítfica.