María Soledad Segarra, profesora de la UTPL, lidera un proyecto orientado a reducir los accidentes de tránsito y a mejorar la calidad de vida respetando señales y normas de circulación.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en América Latina y El Caribe cada año, se pierden 100 mil vidas a causa de accidentes de tránsito derivados, principalmente, de la falta de conciencia sobre la seguridad vial tanto en las entidades gubernamentales -nacionales y seccionales- como en los conductores y peatones. Ecuador en uno de los países de Latinoamérica que a partir de 2011 ha incluido políticas, leyes y regulaciones que aportan a la seguridad del país a escala nacional. Sin embargo, es necesario y fundamental la educación de los peatones y futuros conductores, de tal manera que, efectivamente, tengamos mejores resultados en cuanto a seguridad vial en nuestro contexto y en el país en general.
María Soledad Segarra Morales, miembro del Observatorio de Seguridad Vial y del grupo de investigación en Ingeniería Vial de la UTPL, dirige una investigación sobre las actitudes viales de los niños en edad escolar de las unidades educativas de la parroquia El Valle del cantón Loja. “Se ha trabajado -relata- en material necesario para desarrollar campañas de educación vial para niños, preparando así a los jóvenes de la carrera de Ingeniería Civil en torno a la seguridad vial para que ellos sean los instructores de los niños. De esta manera hemos capacitado tanto a jóvenes como a niños, logrando un gran impacto con el proyecto”.
Los peatones están entre los usuarios viales más vulnerables y, de ellos, los más indefensos son los niños, considerando sus limitaciones físicas, su limitada percepción de profundidad, su visión periférica y su juicio en desarrollo. El escenario es más desfavorable cuando existen mayores interacciones entre vehículos y entre vehículos-peatones. La provincia de Loja ha tenido un incremento del parque vehicular en los últimos años, desde 29.418 vehículos matriculados en el año 2010 a un total de 69.424 en el año 2018 (INEC, 2018), lo que ha generado mayor congestión, un aumento en los tiempos de viaje, problemas de salud y menor seguridad vial. Además, según estudios previos, se estima que el 60% de los ciudadanos considera poco probable la ocurrencia de un accidente de tránsito, lo que es preocupante ya que se evidencia la poca importancia que se da a la seguridad vial, restando importancia a la responsabilidad que conlleva el actuar como conductores y como peatones, así como el peligro de accidentabilidad latente en la ciudad y en la provincia de Loja.
El proyecto que lidera la profesora Segarra se ha ejecutado con niños de la ciudad de Loja y con sus maestros en diversas escuelas de la parroquia El Valle. La iniciativa enfatiza en los niños las normas para ser buenos peatones, la importancia de acatar las reglas y hacer uso de las señales de tránsito, y la importancia de ser niños más cautelosos y conscientes de su vulnerabilidad ante un vehículo que circule a velocidad.
Cada año, según el BID, en América Latina y El Caribe se pierden 100 mil vidas a causa de accidentes de tránsito derivados, principalmente, de la falta de conciencia de conductores, peatones y entidades gubernamentales sobre la seguridad vial.
El proyecto está enfocado en los niños de segundo a séptimo grado de educación general básica. Los temas abordados en las capacitaciones son:
- Identificación de las señales de tránsito informativas, preventivas y regulatorias.
- Aplicación de la normativa de seguridad vial en el diario vivir.
- Trabajo en equipo en proyectos de interés comunitario.
- Aporte a mejorar la calidad de vida de los habitantes, reduciendo los accidentes de tránsito a través de una educación vial interactiva y efectiva.
Hasta el momento se han beneficiado de esta iniciativa de la UTPL 1.200 niños de las escuelas de la parroquia El Valle, alrededor de 240 jóvenes entre 20 y 24 años y 50 docentes de primaria del mismo sector. Todos han mejorado sus actitudes viales actuando como peatones y como conductores. Se ha mejorado las actitudes viales de los niños y jóvenes, se conoce y utiliza las zonas seguras para los peatones y el comportamiento que deben tener para evitar accidentes, considerando que son vulnerables ante cualquier vehículo.
La profesora María Soledad Segarra afirma que su meta es ambiciosa porque “se pretende reducir los accidentes de tránsito en nuestra zona, desarrollando en los niños y jóvenes competencias para mejorar su calidad de vida y se conviertan en mejores ciudadanos al respetar la vida de los demás y el espacio común que tenemos para movilizarnos. A la educación vial, añade, se la debe tomar con seriedad y debería estar dentro de la malla curricular de todas las escuelas, ya que tanto niños como jóvenes deben tener acceso a esta información y ser conscientes de la gravedad que conlleva infringir las leyes de tránsito y por qué es necesaria la existencia de las leyes en esta materia”.
En el Plan Nacional de Educación Vial de Ecuador se tiene previsto incluir la educación vial en la malla curricular en los niveles escolar y bachillerato. A pesar de la intervención de organismos seccionales y nacionales, así como de los órganos reguladores de las leyes de tránsito, se sigue generando accidentes de tránsito con consecuencias fatales, lo que, en opinión de la profesora Segarra, “evidencia principalmente la falta de conciencia y cultura en nuestro contexto sobre la seguridad vial a nivel de adultos, jóvenes y niños. La educación vial es tarea de todos: instituciones regulatorias, mandatarias, de control y la academia, así como de cada uno de los ciudadanos. La educación vial es una campaña permanente”.
“Actualmente -dice- estamos trabajando en mejorar la percepción del peligro en los conductores novatos y experimentados de carreteras de montaña para, al final del año, tener resultados interesantes que nos permitirán aplicar acciones de formación correctivas porque buscamos una mejor calidad de vida, un mundo mejor, ciudadanos respetuosos de las leyes y respetuosos con los demás. Es por eso que al trabajar con los niños estamos desarrollando actitudes viales positivas en un grupo vulnerable a los siniestros de tránsito”, concluye.
Este reportaje forma parte de la Revista Perspectivas de Investigación, edición #57, correspondiente a los meses febrero-marzo 2021. Si quieres acceder a la revista completa clic aquí.