La diversidad étnica y cultural de Ecuador subraya la importancia de reconocer las valiosas contribuciones de las comunidades indígenas en diversas áreas de desarrollo y convivencia social, particularmente en sectores relacionados con la salud. Este ámbito se caracteriza por una marcada conexión y respeto hacia la naturaleza, destacándose especialmente los procesos de parto asistidos por parteras. Estas profesionales son reconocidas por el Ministerio de Salud Pública (MSP) como claves en la preservación de la salud de las comunidades, enfatizando la relevancia de sus prácticas tradicionales en la estructura sanitaria nacional.

Inspirada por este reconocimiento y el interés suscitado por proyectos de investigación y esfuerzos de vinculación, la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), a través de su Facultad de Ciencias de la Salud, ha creado un espacio dedicado específicamente a la convivencia con la experiencia de los partos indígenas. Este espacio también busca explorar el tipo de apoyo que estudiantes y docentes pueden ofrecer desde una perspectiva científica. Según explica Dennis Feijoo, coordinador de los laboratorios de la facultad, esta iniciativa es parte de un nuevo bloque de laboratorios que no solo están destinados a potenciar el aprendizaje y el desarrollo de habilidades investigativas, sino también a fomentar una mayor vinculación con la sociedad. Esta estrategia contribuye a consolidar a la UTPL como la primera universidad en contar con instalaciones de este tipo, reforzando su compromiso con la innovación educativa y la colaboración intercultural.

¿Cómo surge la idea de este espacio?

La universidad mantiene un constante acercamiento con la sociedad, ya sea a través de proyectos de investigación, como los de vinculación que permiten identificar una serie de necesidades, pero también de conocimiento, que pueden ser aprovechados por los futuros profesionales. Este espacio fue adecuado con la intención de disponer de una sala para la atención de partos interculturales, lo que es el resultado de un proyecto anterior trabajado con la comunidad indígena de Saraguro. 

¿Qué se ha podido evidenciar hasta el momento?

En las comunidades indígenas, los partos en casa guiados por parteras constituyen un elemento esencial de la identidad cultural. Sin embargo, se ha documentado casos de muertes de pacientes durante el trabajo de parto debido a emergencias obstétricas. En respuesta a esta preocupante situación, la facultad ha analizado estos incidentes y ha iniciado un proceso de vinculación con la comunidad. Este enfoque contempla un profundo análisis del procedimiento de parto, respetando y comprendiendo la perspectiva indígena, lo cual es crucial para la adaptación y eficacia de las intervenciones médicas propuestas.

El estudio realizado permitió identificar aspectos clave relacionados con la intimidad del paciente y las peculiaridades del proceso de intervención en este contexto cultural. Al reconocer y valorar estas particularidades se busca mejorar las prácticas de atención obstétrica en las comunidades indígenas, minimizando los riesgos asociados con los partos en el ámbito doméstico. Este esfuerzo de colaboración entre la facultad y la comunidad no solo fomenta el respeto mutuo, sino que también promueve estrategias de intervención más efectivas y culturalmente apropiadas para garantizar la seguridad de las madres durante el parto.

¿Cómo funciona este espacio a nivel de estructura?

La estructura física de los espacios de parto en la comunidad Saraguro está intrínsecamente adaptada a sus prácticas culturales, evidenciando una funcionalidad clave en sus elementos constituyentes. Por ejemplo, la colocación de una cuerda suspendida del techo permite que la madre se sujete durante el trabajo de parto, facilitando la posición vertical que, mediante la acción de la gravedad, contribuye a la progresión de parto. Además, se utilizan utensilios tradicionales como ollas de barro, esenciales para la preparación de infusiones que se alinean con las creencias y cosmovisión de la comunidad. Estas prácticas no solo tienen un significado cultural profundo, sino que también están diseñadas para mantener las condiciones óptimas durante el parto, como la temperatura adecuada de las preparaciones herbales.

En cuanto a la perspectiva de los estudiantes, ¿cómo se evidencia su interés e involucramiento? 

El proceso de vinculación entre la facultad y la comunidad Saraguro constituye un intercambio bidireccional de aprendizaje entre los estudiantes y las parteras locales, donde se enfatiza el respeto por las tradiciones culturales y la integración de conocimientos científicos como complemento a las prácticas tradicionales. Este enfoque ha permitido la capacitación de las parteras en el manejo de emergencias obstétricas, abordando cómo actuar ante situaciones críticas como la presencia de un cordón umbilical enredado, hemorragias o síntomas alarmantes como dolores de cabeza intensos. Paralelamente, las parteras han enriquecido la formación de los estudiantes con su experiencia y percepciones, facilitando así un ambiente de aprendizaje en el que los estudiantes no solo adquieren conocimientos técnicos, sino que también aprenden a valorar y aplicar prácticas tradicionales bajo una guía adecuada, interviniendo de manera respetuosa y efectiva.

¿Cuál es el principal aporte de este espacio? 

Este caso ilustra de manera efectiva cómo las prácticas ancestrales pueden integrarse con avances tecnológicos, funcionando como saberes complementarios que se adaptan y evolucionan en contextos modernos. Además, este proyecto destaca el valor significativo de las contribuciones de las comunidades indígenas en el ámbito de la salud, subrayando la importancia de preservar sus tradiciones mientras se les proporciona el apoyo necesario para su sustentabilidad y mejora. Al explorar y adaptar nuevas metodologías para acompañar el parto se busca reducir la tasa de mortalidad asociada a los partos en casa, asegurando la salud tanto del bebé como de la madre. Esta aproximación no solo respeta la visión cultural, sino que también se beneficia del rigor y las perspectivas que ofrece la ciencia moderna.

¿Esta importante iniciativa está acompañada de otros espacios?

Actualmente, la universidad cuenta con 40 laboratorios y salas dedicadas a la práctica estudiantil, diseñadas para atender las necesidades específicas de las diferentes disciplinas académicas, con un enfoque particular en las carreras ofrecidas por la Facultad de Ciencias de la Salud. Este compromiso se refleja en la reciente incorporación de un nuevo edificio equipado con laboratorios especializados en nutrición y dietética, antropometría, biología molecular y laboratorios de simulación, incluyendo el innovador laboratorio de parto intercultural. Estos recursos forman parte de la infraestructura tecnológica y de investigación de la universidad, cuyo objetivo es proporcionar una educación de alta calidad que fomente la experimentación, prepare a los estudiantes para el entorno laboral y amplíe su comprensión de la diversidad de conocimientos. Esta estrategia subraya el compromiso de la institución con la innovación y la excelencia educativa.


Dennis Emanuel Feijoo Blacio, Coordinador Laboratorios Ciencias de la Salud

Postgrado en Simulación Clínica para la Seguridad del Paciente, por la Universidad del Desarrollo de Santiago de Chile. Magister en Liderazgo Social Cristiano por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, México. Magister en Responsabilidad Social por la Universidad Técnica Particular de Loja. Ingeniero en Gestión Ambiental por la Universidad Técnica Particular de Loja. Coordinador Laboratorios Facultad Ciencias de la Salud. Autor de artículos, póster, proyectos y capítulos de libros científicos. Docente universitario.

Periodista especializado en ciencia, documentalista, fotógrafo y diseñador, responsable de Cultura Científica - DIRCOM en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) y co-editor y redactor de la Revista "Perspectivas de investigación". Magíster en Estudios de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación por la Universidad de Oviedo, Universidad de Salamanca y la Universidad Politécnica de Valencia y miembro de la Asociación Española de Comunicación Científica (AEC2). Entre los documentales que ha dirigido, destacan, "Páramos, donde nace la vida", "Lágrimas de vida" y "Café de Loja: Ciencia, Arte y Tradición".